martes, 14 de junio de 2016

VISITA GUIADA a "EL TEATRO REAL" - 10 Junio 2016

 



Es desde 1.993, Bien de Interés Cultural del Patrimonio Histórico Español, en la categoría de “Monumento Histórico”   


Tenía muchísimas ganas de visitarlo por dentro y lo conseguí al apuntarme en el grupo de Almudena, guía con lo que ya he hecho alguna visita más por Madrid.

Antes de entrar, Almudena nos estuvo contando que el Teatro Real se desarrolla sobre todo en altura, con catorce pisos, ocho de ellos bajo tierra (en donde cabría completa la torre de Telefónica de la Gran Vía), con más de 80 m desde los sótanos a la parte más alta

Nos dio una serie de datos que nos impresionaron a todos, y que después confirmó la guía del teatro, ya que dispone de 65.000m cuadrados de superficie

Su escenario mide 1.430m2, con un foso de 24 metros, cuyo suelo este compuesto por 9 plataformas que permiten mover las escenografías

Su caja escénica cuenta con 18 plataformas con movimiento vertical (cuatro inclinables y cuatro con movimiento horizontal)

Dispone de 1.472m de salas de ensayo, 382m2 de estudios musicales, (4 para cantantes y 3 para cuerda), 3485m2 de talleres y almacenes

Cuenta con 14 camerinos individuales y camerinos colectivos para hasta 324 artistas

En los subterráneos del Teatro hay incluso un aparcamiento para camiones donde se carga y descarga el material necesario para montar la escenografía.

Unos datos de vértigo, que yo no podía ni imaginar, y que gracias a Almudena primero y a las explicaciones del personal voluntario que se encarga de conducir las visitas guiadas, me pareció todavía más alucinante.

Hoy en día El Teatro Real de Madrid es uno de los principales teatros europeos para la interpretación de Ópera y Zarzuela, aunque en la actualidad también incluye espectáculos de danza, ballet, conciertos y música flamenca.  

 

UN POCO DE HISTORIA:

Ubicado frente al Palacio Real. Con una fachada que da a la Plaza de Oriente, los jardines y el Palacio, frente a la fuente con la estatua ecuestre del rey Felipe IV

 

 Y otra fachada que da a la Plaza de Isabel II  


 


Está ocupando lo que en su día fue la PLAZA de los CAÑOS del PERAL, donde la gente se concentraba para lavar y coger agua todos los días, y donde se enteraban de los últimos sucesos que ocurrían en la villa y en la corte, ya que el Alcázar, que era el lugar donde se concentraba el poder del reino, se encontraba muy cerca

Debido a la gran afluencia de gente en este lugar, en 1.703, una compañía de cómicos se instaló aquí para dar a conocer sus representaciones, y donde años más tarde se construyó el “Real Teatro de los Caños del Peral”, bajo el reinado de Felipe V

Pero fue el rey Fernando VII quien promovió la construcción en Madrid de un teatro de ópera, incluido dentro del proyecto de remodelación de la Plaza de Oriente y para ello se ordenó la demolición del Real teatro de los Caños del Peral.

El diseño del nuevo edificio se encargó al arquitecto Mayor de la Villa, Antonio López Aguado, quien, debido a la estructura de la plaza, lo diseño con forma hexagonal y que curiosamente nos recuerda a un ataúd




Las obras se terminaron en 1.850 tras la subida al trono de su hija: la reina Isabel II, por medio de una Real Orden, se iniciaron de nuevo las obras el 7 de mayo de 1850, exigiendo su finalización en un plazo de 6 meses, como así se hizo 


 

 

El nuevo Teatro se inauguró el 19 de noviembre de 1850, coincidiendo con la onomástica de la joven reina, al cumplir los 20 años 


 

La obra elegida para el estreno fue la ópera “La Favorita” de Donizetti

 

La reina Isabel II disfruto de la mayor parte de las representaciones, lo que hizo que al acudir ella, este teatro se convirtiera en el centro de la vida cultural y social de la aquella época, porque además del auditorio, había 2 salones de baile, 3 salones de descanso, 1 confitería, 1 café, 1 tocador y 1 guardarropa, y ya es sabido que la reina era asidua a las fiestas de la noche madrileña. Sus “juergas” eran continuas y su lista de amantes numerosa

Pero en 1.867 el teatro sufrió un incendio y no fue hasta principios del siglo XX, cundo se plantearon su reconstrucción, siendo Antonio Flórez quien sustituyó la antigua estructura de madera por otra de hormigón armado.

Dicha obra la siguió Pedro Muguruza, teniendo como objetivo la consolidación de toda la cimentación, creando un foso en el perímetro del edificio que recogiera y evacuase las corrientes subterráneas antes de que estas alcanzasen la base de los muros

En 1868, con la revolución Gloriosa y el consiguiente exilio de la reina Isabel II, se cambió de nombre y paso a llamarse Teatro Nacional de la Ópera, cerrándose al público en 1.925 a causa de un hundimiento

Las siguientes obras de reconstrucción se prolongarán 41 años, sin lograr su reapertura, además con el estallido de un polvorín dentro del edifico durante la guerra civil española y las dificultades de la posguerra obstaculizan aún más la continuación de las obras.  

Durante la dictadura se abrió al público como Auditorio y sede del Real Conservatorio Superior de Música y Escuela de Arte Dramático

Pero sin duda Madrid necesitaba un teatro de ópera que se equiparara a los mejores del mundo, y fue en enero de 1991, cuando se inician las obras de rehabilitación, que durarían 7 años, hasta que el 11 de octubre de 1997 y bajo la presencia de los Reyes de España: Don Juan Carlos y Doña Sofia, se vuelve a abrir ya como “TEATRO REAL”, inaugurándose con la ópera “La vida es breve” y “El sombrero de tres picos” de Manuel de Falla. 


 

VISITA GUIADA GENERAL: 

Accedimos por el vestíbulo ovalado conocido como “Foyer” , con sus doce columnas forradas de madera tropical 

    

Fuimos subiendo por estas bonitas escaleras para acceder a los demás niveles.  

             

 


La guía nos llevó primero a la Sala Principal”

De marcado estilo italiano, con la decoración original de la década de 1.880, y con una capacidad para 1.850 personas   


    

 El telón del escenario es, absolutamente impresionante


 


 

Como impresionante es la lámpara de cristal, que cuelga del techo


 

 

Desde la planta en donde estábamos, pudimos ver el interior del "Palco Real"


 

       

 

Después subimos hasta la sexta planta, donde se ubica el "Café de Palacio"

Aquí pudimos ver unas maquetas del funcionamiento del teatro, una preciosa fotografía de la sala principal, y al fondo una copia del cuadro de Picasso: "Las señoritas de Avignon" 


 

"El Café de Palacio”, posee 5 amplios ventanales que dan a la Plaza de Oriente, y al estar situado en la sexta planta, se pueden contemplar unas vistas realmente preciosas del Palacio Real, los jardines y hasta de la Catedral de la Almudena

 


Junto al Café de Palacio, en la sexta planta esta “La Sala Gayarre”:

Inaugurada en 2007. Es un auditorio con capacidad para 190 espectadores en grada. Se utiliza para conciertos y representaciones de ópera de cámara, recitales, conferencias, cursos y proyecciones. 

 

Bajamos a continuación a la segunda planta donde pudimos entrar diferentes salones, decorados con alfombras, tapices, arañas de cristal, espejos y obras de arte, que reproducen el ambiente de la ópera en el siglo XIX

El primero que vimos fue  “El Salón Carlos III”

Con una inmensa alfombra de tonos azules, al igual que sus paredes y cortinas, con tres preciosas lámparas que cuelgan del techo





Y aunque la foto no le hace justicia, en esta sala destaca sobre todo un espejo de cristal veneciano, grabado a buril y un busto de bronce de Pablo Sarasate, obra de Mariano Benlliure

          

Todos los salones de esta planta se comunican mediante "las rotondas" , en donde las alfombras que cubren el suelo son lógicamente redondas     

Esta en concreto me encantó, porque es la más representativa, al llevar tejido el propio logo del Teatro Real 

Pero como es “TEATRO” y además "REAL", en la alfombra está representado “la Corona Real y la flor de Lis”, (que ya desde el siglo XVI esta empezó a formar parte del escudo de los Borbones).

Y como además es Teatro de la "MUSICA" (con mayúsculas), también lleva tejido los símbolos de la diosa griega del ARTE, representados con el arpa y la corona de laureles

  


En otra de estas "rotondas", destacaba la lámpara de cristal y el gran tapiz hecho en la Real Fábrica de Tapices, como casi todos los que cuelgan de las paredes del Teatro. 



Fuimos poco a poco pasando de un salón a otro, y sus correspondientes "rotondas"

“El Salón Vergara” :

Que alberga el mobiliario del siglo XVIII, y unas preciosas lámparas 

Además de estos 3 cuadros pertenecientes al Museo del Prado y cedidos al Teatro 



 

 

Y este otro, tan sutil, en la pared de la derecha 



“El Salón Falla":

Es un espacio rectangular conectado con una rotonda a cada lado



Con una privilegiada situación, (aunque sea en la segunda planta), este salón dispone de una terraza desde donde contemplar las vistas del Palacio Real y los jardines de la Plaza de Oriente

 

 

 


“El Salón Felipe V”:

Decorado con una tapicería en tonos salmón y cuadros de reyes que de algún modo han participado en la historia del Teatro, como El rey Alfonso XII y su hijo el rey Alfonso XIII, colgados frente a un enorme y precioso tapiz.  


   


 

 

Al fondo de este salón se pueden ver también los retratos de los reyes Juan Carlos I y Sofia, que fueron los encargados de inaugurar el Teatro Real en 1997. 



Este salón está lleno de detalles: como las preciosas lámparas, los sillones tapizados o las consolas del fondo bajo unos espejos espectaculares



Y además la gran alfombra con el escudo de la Casa Real  


 

Y a ambos lados de fabuloso tapiz, dos mesas o consolas, cuyas patas son dos leones espectaculares, al igual que los espejos que están sobre ellas 



Y al lado de una de estas preciosas mesas o consolas, teníamos el retrato de la reina Isabel II. 


El entelado de todo el salón llevaba las iniciales del rey Juan Carlos I , la corona real encima y debajo su escudo heráldico 


 


Después pasamos a   “El Salón Arrieta”:

Que posee la lámpara que adornaba el antiguo Palco Real del Teatro antes de su reforma. 


 

 

Los tapices de sus paredes fueron fabricados en Bruselas y en la Real Fábrica de Tapices en los siglos XVII y XVIII 


 




 

 

Y desde este salón ya se podía ver un poco del siguiente al que íbamos a pasar:

El Salón de Baile”:

Más grande que los anteriores, donde se recrean ambientes operísticos con trajes utilizados en montajes de ópera históricos como Aida y Ana Bolena e instrumentos musicales. Pero lo más llamativo es su techo estrellado con 630 terminales de fibra óptica que reproducen el cielo de Madrid el día que se inauguró el teatro. 

Es, además, un homenaje a los teatros de corrala, como lo fue en su día el "Real de los Caños del Peral” 





Este salón tiene un gran ventanal que da a la plaza de Isabel II, desde donde se puede ver la estatua de la reina Isabel II, de espaldas



(Cuando salí de esta interesante visita pude hacerle foto a la estatua de la reina Isabel II, por delante) 

  

 

 

 


La visita estaba llegando a su fin... pero la guía al cerciorarse de que la sala de ensayos estaba vacía en ese momento, abrió la puerta para que pudiéramos ver donde ensaya la orquesta. Esta sala se llama “Sala Manuel de Falla”:



Revestida en madera. Sus condiciones acústicas son ideales para que ensayen las mejores orquestas del mundo, gracias a unos paraguas de madera que se despliegan con la doble función de iluminar y matizar la reflexión acústica.

Las salas de ensayo para el coro y el cuerpo de baile, son también salas con altas exigencias técnicas de insonorización y absorción acústica , al igual que la sala de ensayos de “puesta en escena” que posee las mismas dimensiones que el escenario principal y que se construyeron sobre la cubierta del edificio.

Todos los espacios implicados en el trabajo de elaboración de un espectáculo operístico se encuentran alojados en el propio edificio del teatro, desde las oficinas administrativas hasta los almacenes de material o los talleres de maquinaria.

También se encuentran en el edificio los talleres de utilería, sastrería, peluquería y caracterización, además de varias salas de ensayo individuales para los artistas.

 

 

Lo que no pudimos ver fue el salón que hay en la primera planta, de 32 m. cuadrados, que se destina a la celebración de cenas privadas después de una representación. 

Lleva a modo de homenaje, el nombre de la reina que impulsó la construcción del Teatro:  “Salón Isabel II”


 

En la decoración interior durante el trascurso de todas las obras han trabajado los artistas y decoradores más importantes del momento

 


Y es que realmente parecía que estábamos visitando “un palacio”, en cuanto a decoración , obras de arte y mobiliario se refiere.


Sin embargo, lo que más me impresionó fue todo lo que nos contaron a cerca de “La Caja Escénica” 

 

 



Para hacernos una idea de la escala, y debido a la forma del edificio, este ha tenido que ir ampliándose tanto hacia arriba como hacia abajo.

Basta decir que la torre de Telefónica de la Gran Vía , cabria completa en su interior y la profundidad es tal que el metro pasa casi rozando la parte baja de una de sus salas

“La caja escénica”, es el verdadero corazón del edificio y a su alrededor se organizan todos los demás locales y salas

 

Se encuentra tras el telón y es el bastidor de una ingente maquinaria que mueve decorados y escenarios y que por su tamaño y gracias a un sistema de 18 plataformas movibles, permite tener 3 escenografías completas e intercambiarlas entre si a lo largo de una representación.

 

La entrada y salida de materiales se sitúa en la plaza de Isabel II y comunica directamente con la caja escénica, gracias a unas plataformas hidráulicas de grandes dimensiones que elevan los camiones hasta el nivel del mismo escenario

 

Cada espectáculo implica la coordinación de un equipo de cientos de personas entre músicos, cantantes, bailarines, técnicos y personal del teatro, que durante meses se preparan para que cada representación salga a la perfección

 

Los engranajes deben funcionar con precisión y suavidad para que no se oiga ningún ruido durante las representaciones.

Durante las funciones da cabida a entre 1750 y 1850 espectadores

Hoy en día es uno de los teatros de ópera más punteros de Europa en cuanto a dotaciones y tecnología

 

 

 

ME HA ENCANTADO LA VISITA ya que de ninguna manera me habría imaginado todo lo que “encierra” el Teatro Real por dentro, todo lo que pudimos ver y aprender en esta mañana

La guía fue de lo más generosa, dándonos todo tipo de detalles y explicaciones para que pudiéramos entender lo que supone poner una representación “en marcha” y podamos disfrutar aún más, si alguna vez acudimos a ver una de ellas

 

No descarto volver a hacer la visita de nuevo con mi marido y por supuesto intentar coger entradas para disfrutar de alguna de sus representaciones

 

PORQUE TIENE QUE SER UNA PASADA....