El cantante
Raphael como ya viene siendo tradición nos visita en Madrid por Navidad, y como
para nosotros estas fechas son de mucho jaleo en el trabajo, pues nos quedábamos
con ganas de ir a verle todos años
Este año con la
pandemia no sabíamos si comprar entradas, pero teníamos muchas ganas de oírle
en directo, y puesto que ni él ni nosotros (ni nadie) sabemos el tiempo que nos
queda de estar por aquí…decidimos a comprarlas. Pensamos que, si la cosa se
ponía mal, lo pospondrían como nos pasó con el concierto de Marck Anthony.
Así pues, mi
marido, y yo con miedo, ayer jueves 16 de diciembre de 2021 por la noche,
nos metimos en el Wizink Center, para celebrar con ÉL, con RAPHAEL sus
60 años sobre el escenario.
La noche prometía
ser de “escandalo” (pero con toda la seguridad necesaria por el Covid),
aunque yo la verdad que no estaba muy segura, porque no todo el mundo llevaba
la mascarilla bien puesta.
El primero
mi marido, que se la quitaba a cada poco, y eso que era de las quirúrgicas que
es más llevadera, que la que llevaba yo, pero bueno, los días lo dirán…
La entrada fue muy escalonada, ya que las puertas las abrieron mucho tiempo antes. Los accesos estaban divididos por zonas y los trabajadores del Wizink Center con petos azules, te iban guiando y dirigiendo a cada uno por la puerta que le tocaba entrar, sin aglomeraciones.
El aforo dicen,
estaba en torno al 30%. No se eso en cuantas personas se traduce,
pero lo que sí es verdad es que no había distancia de seguridad entre las butacas,
y además no deja de ser un sitio cerrado e íbamos a estar 2 horas mínimo; algo
que no deja de ser incongruente, porque Madrid acaba de restringir las
reuniones familiares de navidad a seis personas. (Nosotros por ejemplo
pasaremos las noches de fiesta, solo con mi hija y mi yerno, previo test de
antígeno negativo). Y sin embargo el concierto no se había cancelado.
Así que, que
sea lo que Dios quiera…
El público
es variado, de todas las edades, pero veo, sobre todo, gente madura sin duda
alguna, un público de riesgo.
Somos muchos
los que superamos con creces los 50, los 60 y hasta los 70 años…
Bueno
estamos aquí y vamos a disfrutarlo!!!!
Llegamos con
tiempo suficiente, nos colocamos e hicimos alguna foto antes de que arrancara
puntualmente el concierto
Antes de empezar, no sabíamos que pasaba, pero se oía
“jaleo” y vimos cómo la gente se ponía de pie y aplaudía, todos mirando hacia
el mismo palco, y es que la emérita reina Sofia, había llegado tan solo
unos minutos antes de que comenzara el show. Doña Sofía se levantó y saludó
Mi marido con el zoom del móvil supo enseguida de
quien se trataba, y Raphael, lógicamente,
consciente de quien se encontraba entre el público, tras la primera o segunda
canción, saludó a la Reina, su amiga, que se sentó justo a su esposa, Natalia
Figueroa.
Antes de
salir al escenario, por las pantallas nos pusieron un recopilatorio de lo que
han sido estos 60 años de vida, sobre los escenarios de todo el mundo, y es que
cuando Raphael empezó en esto, nosotros 2 (mi marido y yo) que ya pintamos canas,
(porque tenemos 60 años), acabábamos de nacer.
Era uno de los cantantes favoritos de mí ya fallecido padre, y él ahí sigue…
Y como sigue … Es, Raphael en estado puro.
Que energía
y que torrente de voz sigue teniendo
Más de dos
horas y media cantando sin parar, una canción tras otra.
Incombustible.
Salió al escenario
con “Renacer”, canción con mensaje: como el resurgir del Ave Fénix.
Tras la primera canción, nos llega a parecer todo igual que siempre. Él viste como siempre, pantalón y camisa negra
La música es
un bálsamo, es salud también
Con su voz fue capaz de conseguir que, la “nueva normalidad” de Sánchez, nos pareciera en estas 2 horas, que había sólo un mal sueño.
Porque la voz de Raphael invadió por completo el Wizink Center, y nos olvidamos, si, nos olvidamos del Covid
RAPHAEL se
atreve con todo, desde las
canciones de siempre hasta las nuevas, pasando por temas de Rocío Jurado , de
Camilo Sexto o de El Dúo Dinámico e incluso con Gospel: “¡Aleluya!”.
Y es que, con su voz, y su forma de interpretar sus canciones, hace que te lleguen muy adentro, frases tan bonitas como: “tengo el corazón en carne viva”, “Estar enamorado es… olvidar la muerte y la tristeza”, “Las cosas tan hermosas duran poco… jamás una flor duró dos primaveras”, “Se nos rompió el amor de tanto usarlo, de tanto abrazo sin medida” …
Los ojos nos delatan sobre las mascarillas, seguimos contenidos en los asientos, pero disfrutando.
Raphael no ha parado de cantar, una canción tras otra, apenas algún trago de agua entre canción y canción
Cantó “Como yo te amo”, de Rocío Jurado y “Vivir así es morir de amor”, de Camilo Sexto, que precisamente destacaban como el, por sus potentes y peculiares voces.
“Me olvidé de vivir”, “Provocación”, “la vida loca, loca, loca”, “Mi gran noche”,
“Que sabe nadie”, “Yo soy aquel” , “Digan lo que digan” y, cómo no, “El tamborilero”, momentos en que el Wizink Center se llenó de móviles encendidos.
El éxtasis llegó
con «Escándalo», ya no podíamos más y la mayoría estábamos de pie.
El Wizink
Center, temblaba. Notabas el suelo vibrar. Como en los viejos tiempos.
Raphael paró,
pero al cabo de dos horas y media para decirnos:
“Gracias
Madrid. El artista debe estar frente a su público siempre… hasta el final…” “Volveré,
Madrid, el año que viene.
¡Esperadme!
¡Feliz Navidad a todos!” …
Fue una
maravilla de concierto, digno de ser recordado.
Nos encantó, y salimos super contentos de haber optado por venir.
Fue de
locura. Dos horas y media SIN PARARRRRRR… de autentico escandalo
No sé
cuantos minutos estuvimos aplaudiendo, y es que el único “ESCANDALO” había sido Él:
Raphael,
60 años sobre el escenario.
Fuimos saliendo por sectores de manera controlada
Y es que hay
ganas de vivir. Los días dirán si esto ha sido o no una enorme
irresponsabilidad.
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