Es uno de los museos más interesantes de Madrid, junto con el del Romanticismo y también de los más desconocidos.
Es por supuesto el referente perfecto
para conocer la forma de vida de la aristocracia madrileña de finales del siglo
XIX y comienzos del siglo XX.
Esta situado en la c/ Ventura Rodríguez
17.
Me parece mentira saber que he pasado por
la puerta de este palacete / museo, todos los días, dos veces, durante mucho
años, al llevar y recoger a mi hija del colegio de “Las concepcionistas”, de la
calle Princesa esquina con Ventura Rodríguez, justo donde se localiza dicho
museo, y no haber hecho la intención de intentar visitarlo, pero es que justo en esa época, con los trabajos y las prisas, y las diferentes obligaciones ...
Lo tenía pendiente, y ya puedo decir: "Tarea Cumplida"
Fuimos mi sobrina Tamara y yo por nuestra cuenta, y de la visita al interior se encarga una persona (guía) que nos va explicando con todo tipo de detalles , todo lo referente a la vida de los marqueses que allí vivieron y de todas las obras de arte y colecciones que fueron "llenando" este precioso museo, a través de sus viajes durante años.
Una maravilla esta visita guiada a través de 2 de los 4 pisos del
museo: el primero, o Entresuelo, destinado a la vida cotidiana de los
marqueses, con las habitaciones mas intimas, y el segundo, o Principal,
dedicado a su vida social, con sus salas de recepción y sus grandes salones.
EL MARQUES DE CERRALBO:
ENRIQUE de AGUILERA y GAMBOA, SU FUNDADOR
Nació en Madrid en 1845
descendiente de familias aristocráticas y emparentadas con la casa de Alba, la
casa de Osuna y la de Medinaceli.
Cuando fallece su padre hereda el título
de Conde de Villalobos y al morir su abuelo , el de Marqués de Cerralbo,
Almarza y Campo Fuerte, y Conde de Acudia, Foncalada y Sacro Imperio Romano,
heredando también varias fincas, palacios y por supuesto la Villa de Cerralbo
Estudio en las escuelas Pías de S.
Fernando y después en la universidad, bellas artes, derecho y filosofía y
letras.
Contrajo matrimonio con Dña Inocencia,
viuda del político y militar D. Antonio Mª del Valle , en 1.871
Ingresó en el partido Carlista y fue
diputado a Cortes y más tarde senador del Reino, muy amigo del Infante Carlos
de Borbón quien le pide sea su representante en los territorios carlistas
concediéndole el Toisón de Oro.
Tras la primera guerra mundial y también
debido a su deteriorada salud, abandonó definitivamente la política.
Fue entonces cuando se dedicó a la
cría de caballos, logrando una yeguada mezcla de pura raza inglesa y española
con la que obtuvo varios premios y también a su gran pasión: el coleccionismo,
que a través de sus múltiples viajes, iba aumentando (ya desde pequeño era
aficionado a coleccionar monedas)
Gasto una verdadera fortuna en adquirir
obras de arte y fue en 1883 cuando Antonio y Amelia del Valle, hijastros del
marqués, adquieren y le donan el solar de la calle Ventura Rodríguez cuando
inicio el diseño de este palacio, y su jardín.
Una vez construido fue su residencia
habitual, y en donde dispuso toda su colección de arte y antigüedades que tanto
él como su esposa e hijastros fueron reuniendo a lo largo de sus vidas y viajes
(una de las más importantes del país), hasta que fallece en 1922
Durante años este palacio fue el centro
neurálgico de la vida social del momento en Madrid, ya que contaba con un
gran salón de baile, un grandioso comedor de gala y hasta una biblioteca con
más de 7.000 libros.
Antes de su muerte sufre dos perdidas
muy importantes, la de su esposa, Inocencia, marquesa de
Cerralbo,y la de su hijastro y amigo Antonio del Valle, Marques de Villa
Huerta.
Fue entonces cuando cerró el palacio, durante 8 años.
Tiempo en el que el histórico blasón labrado en piedra de la fachada permaneció
oculto bajo un paño negro en señal de luto.
blasón
Visita guiada, empezamos…
Nada más entrar mi sobrina Tamara y yo
pensamos que ya solo con ver el gran portal y poder subir por la escalera de
honor, bien había merecido la pena hacer esta visita
Después de la estupenda introducción por
parte de la guía a cerca de la historia de este palacio y de la vida de los
marqueses, nos sumergimos en el siglo XIX a la vez que íbamos recorriendo
todas y cada una de las estancias de este Palacio_Museo
-Gran Portal y Escalera de Honor
El escudo de armas del matrimonio Cerralbo, te da la bienvenida junto con
dos tapices del siglo XVIII, mientras subes por la escalera de honor admirando
la barandilla de hierro forjado que perteneció al antiguo Monasterio
de las Salesas Reales de la reina Bárbara de Braganza.
EL PISO ENTRESUELO , es donde se recibía a las visitas de
confianza, y donde transcurrió la vida cotidiana de la familia, compuesta por
los marqueses de Cerralbo, don Enrique y doña Inocencia, y los hijos de ésta , (fruto
de su primer matrimonio), don Antonio y doña Amelia del Valle Serrano,
marqueses de Villa Huerta.
En este piso entre otras se encontraban las siguientes salas:
-Salón Rojo-
Donde el Marqués trabajaba en la administración de sus fincas, gestionaba sus
rentas etc. y donde atendía sus asuntos y visitas de negocios.
-Salón de Confianza-
Se denomina "de confianza" porque en él se atendía a las visitas,
ya fueran íntimas o de cumplido, sin la etiqueta y parafernalia propia de las
recepciones de gala.
Aunque no por ello se descuida la decoración, ya que en esta sala se ubican
algunos de los objetos decorativos más llamativos de la casa, como la gran
lámpara de cristal de Murano, adquirida por los marqueses en uno de sus viajes
a Italia
-Sala de estar-
Se utilizaba para conversar, leer, coser o echar una partida de cartas. O
sentarse a tomar el café de la sobremesa o donde repasar la contabilidad
diaria, hacer un listado de encargos para el ama de llaves o escribir y
contestar la correspondencia.
-Dormitorio del Marqués-
Me sorprendió la gran austeridad en su decoración, no había lujos, como en
las demás salas. Estaba compuesto de una cama, una mesilla de noche
alta para alojar el orinal, un armario ropero y una cómoda, además de los
enseres para el aseo diario como una barbera y un aguamanil.
En el sillón isabelino junto a los pies de la cama, falleció el
Marqués el 27 de agosto de 1922
EL PISO PRINCIPAL, destinado al protocolo,
es donde prima sobre todo la apariencia. De hecho, se abría únicamente para
recepciones, fiestas y bailes, de manera que todas las estancias se comunicaban
a través de galerías o pasillos , diseñados por el propio marques a imitación
de los palacios italianos para facilitar el deambular de sus invitados.
Dos de los muchos pasillos
A la vez que tenían el privilegio de contemplar las obras más
importantes de su pinacoteca situada, incluso en el techo, reflejando
claramente la posición económica y social de los marqueses.
-Comedor de Gala-
Aquí tuvieron lugar las cenas de etiqueta en las noches de fiesta y baile.
El comedor de gala está completamente “montado” y en los aparadores y mesas
auxiliares se exhiben todo tipo de piezas que eran utilizadas en estas
ocasiones, como las curiosas fuentes con tapa e infiernillo para mantener
calientes los alimentos
En cuanto a las formas de servir en esta casa, nos contaron que se seguía
el protocolo a la francesa, por lo que cada comensal podía elegir entre la
variedad de platos dispuestos simultáneamente sobre la mesa, aunque poco a poco
se fue introduciendo el servicio a la rusa, vigente en Europa desde comienzos
de siglo. Éste constaba de un menú de varios platos, los mismos para todos los
comensales, que los criados iban sirviendo sucesivamente, siempre por la
izquierda, y retirando por la derecha.
La ubicación de los comensales también se regía por el protocolo a la
francesa situando los puestos de presidencia de la mesa en el centro de los
lados mayores, y los comensales debían combinar la participación en la
conversación general, guiada por los anfitriones, con la atención a sus vecinos
inmediatos.
-Biblioteca-
La sobriedad impera en esta sala, no en vano era el lugar de estudio
Sobre la mesa, pocos objetos y de carácter utilitario.
Estanterías repletas de libros, en torno a 7.000 volúmenes, por lo que fue
considerada en su época como una de las más completas del país.
Las vitrinas exhiben una escueta muestra de la amplia colección de sellos,
monedas y medallas que reunieron Cerralbo y su hijastro el marqués de
Villa-Huerta, formada por más de 24.000 piezas.
-Sala de Billar-
El juego del billar era el ejercicio favorito de los caballeros del siglo
XIX
En el centro de la sala una espectacular mesa de carambolas, rodeada del
mobiliario adecuado para las damas siguieran cómodamente la partida.
-Armería-
Lugar destinado a la recepción de los
invitados donde se celebraba la ceremonia del besamanos
Armas de todo tipo, armaduras de diferentes países forman esta colección
impresionante, que decora no solo la armería sino también algún pasillo
-Cuarto de Baño-
Comunicando directamente con la Armería se encuentra la Sala del Baño.
Es importante recordar que hasta el último tercio del XIX no fueron habituales
los cuartos de baño concebidos como estancias independientes, y que había casas
que no disponían ni siquiera de agua corriente.
La posesión de una habitación exclusiva con bañera de mármol, grifería de
agua caliente y fría y desagüe suponía un alarde de confort del que quisieron
hacer gala los propietarios de la casa y para mi, todo un descubrimiento a la
vez que una sorpresa, pues al ver en el dormitorio del marqués los enseres para
el aseo, el orinal etc, o el aseo de invitados, no me imaginaba que dispusieran
de un cuarto de baño (casi, casi, como el que tenemos ahora)
-Aseo para invitados-
Compuesto de lavabo de mármol y un curioso “inodoro” de madera que
vaciaba el personal de servicio.
Si no hubiera visto el cuarto de baño, no me habría sorprendido tanto
que tuvieran para los invitados este aseo tan rudimentario comparado con el
baño…
Sin embargo y a pesar de todo el
lujo de las salas y todos los objetos maravillosos que pude ver, me llamaron la
atención por distintas razones algunos como:
Este sofá redondo, tapizado en capitoné
rojo, y que servía para que las damas pudieran sentarse mas cómodamente con sus
vestidos.
O este intercomunicador privado que
estaba comunicado con un teléfono similar situado en otras dependencias de la
casa. Me pareció muy curioso y novedoso ya que yo pensaba que llamaban al
servicio con las típicas "campanitas" y desconocía que en aquellos
tiempos ya existiera un intercomunicador
O esta talla de madera, no por el lujo, ni por su valor monetario o
artístico, (que desconozco) si no porque casi me daba “miedo”. Compuesta de
busto y manos que se articulaban con una estructura que quedaba oculta bajo la
túnica que debía vestir la figura para el culto o al salir en procesión.
La colección de relojes distribuidos por todas las estancias de este
palacio es impresionante. De diferentes tamaños y calidades. La mayoría del
XVIII y XIX, procedentes de Inglaterra o Francia.
El que más me gusto, por su tamaño y porque no quedaría nada mal en
mi salón, fue este de sobremesa, elaborado con mármol blanco, tipo carrara,
alabastro y bronce dorado
O este escritorio de madera teñida de negro, al que bien le buscaba yo un
rincón destacado en mi casa.
O esta silla de manos, de mediados del XVIII, que seguro "paseó"
a alguien ilustre y que me encantó quizás porque armas y armaduras había muchas
o porque al ser objetos más fáciles de coleccionar son muchas las que he visto
en otras colecciones.
Qué maravilla, que lujo, que cantidad y
variedad de piezas
Colecciones de todo tipo, desde monedas,
dibujos, estampas, cerámicas, arqueología, esculturas, tallas, fotografías,
libros, medallas, relojes, tapices…
Y por supuesto una importante colección pictórica
Entre las obras que por ser más conocidos para mí, yo destacaría son:
Jesús sentenciado a muerte de Francisco de Herrera,
pintor real.
La Asunción de Nuestra Señora de Eugenio Caxés, que fue el
mejor pintor del rey en la corte madrileña, hasta la llegada de Velázquez
Bodegón de frutas y utensilios de cocina de Luis Meléndez (notable
pintor del bodegón español del siglo XVIII).
La Piedad de Alonso Cano, pintor de cámara
recomendado por el Conde-Duque de Olivares. Compañero de Velázquez en el taller
de Francisco Pacheco.
La Inmaculada Concepción de Zurbarán,
amigo de Velázquez y compañero de Alonso Cano. Tenía el título de “pintor del
Rey”
San Francisco en éxtasis de El Greco,
conocido por todos, por sus figuras alargadas, casi fantasmales. Un genio, que
falleció en Toledo y sus restos están en el Monasterio de Sto. Domingo de
Silos.
Y para terminar como broche final:
-Salón de Baile-
La sala más importante, más concurrida, más utilizada del palacio, ya que
eran famosas las fiestas de los marqueses, a las que acudían todas las personas
importantes e influyentes de la época. Artistas políticos o intelectuales como
Pardo Bazán o Eduardo Dato o como los Duques de Alba, los de Medinaceli, o los
de Osuna entre otros.
Tan importante era para
los marqueses de Cerralbo que todos pudieran ver su extensa colección de obras
de arte, como para los personajes de la época lo era el "ser visto"
en las fiestas que organizaban los marqueses.
Decorado
con paneles de ágata de Granada, mármoles de los Pirineos y grandes espejos
venecianos…
Hasta el propio marqués de Cerralbo está retratado en
uno de los ángulos, vestido con levita roja, ejerciendo el papel de perfecto
anfitrión. Los invitados al baile en ese mundo ideal son réplica de los
personajes de la alta sociedad que bailaban en este salón el galop, una danza
muy popular en la que desplazándose en círculo daban saltos a imitación de los
caballos al galope.
El JARDIN
Con un estanque en el centro y, algunos bustos clásicos de diferentes
emperadores romanos que fueron traídos del palacio de Santa María de Huerta,
(Soria), propiedad de la marquesa de Cerralbo y sus hijos, donde la familia
residía durante el verano.
Siguia tan
sorprendida o más que cuando entré, porque no me podía imaginar todo lo que
este palacio-museo esconde en su interior.
Realmente Espectacular!!!
Una
maravilla la visita que yo recomiendo encarecidamente no perderse
En el centro del estanque, una escultura del siglo XVI realizada en
mármol y que imita al jabalí romano que hay en la Galería de los Uffizi
(Florencia) y que los marqueses adquirieron del desaparecido palacio de
Medinaceli, en Madrid, demolido en 1890.
Realmente Espectacular!!!
Una maravilla la visita que yo recomiendo encarecidamente no perderse
Retratos de los marqueses de Cerralbo
Hoy día podemos admirar esta
impresionante colección gracias a la donación que hizo el Marqués de Cerralbo
al Estado español, con el fin de que sus colecciones permaneciesen siempre
reunidas.
El museo es por tanto estatal y lo
gestiona directamente el Ministerio de Cultura.
Lástima que siga siendo uno de los museos más
desconocidos de Madrid, porque en su interior, los objetos, las múltiples
colecciones y en definitiva toda la decoración de las salas es francamente
espectacular.
Como espectacular hubo de ser la vida de esta familia,
tan adinerada, tan amante de los viajes, y de la adquisición de obras de
arte procedentes de todas las galerías y casas de subastas de toda Europa
y sobre todo tan generosa y a la que debemos gracias a "su pasión"
por coleccionar y reunir tanto arte, el poder ahora disfrutarlo, ya que no
hubiera sido posible sin su premisa al donarlo, de que se mantuviera todo
junto.