Ubicado en el nº 69
de la C/ Mayor de Madrid, muy próximo a la Plaza de la Villa
Ocupa una manzana
entera . El acceso principal se encuentra en la C/ Mayor y delimita también con
las calles de la Travesía, la del Duque de Nájera y la C/ Sacramento.
Su construcción
siguió las corrientes artísticas de los siglos XVI y XVII que imperaban en las
residencias palaciegas, no en vano se empezó a finales del XVI y se termino a
principios del XVII.
La sencillez y la
casi total ausencia de ornamentación, es la característica dominante de este
palacio: de trazado con planta cuadrangular, de dos alturas en un lado y tres
en el otro, debido al gran desnivel del terreno, portadas manieristas y torres
con chapiteles en las esquinas.
Esta construido con
ladrillo visto y con zócalo de piedra de granito.
Balcon en fachada principal , con el escudo del marquesado Cañete |
Desde sus orígenes
hasta mediados del XIX ha sido usado como residencia nobiliaria, ya que en el
vivió el marqués de Cañete en el XVIII y después el marqués de Camarasa, por lo
que también es conocido con este nombre.
Este edificio forma
parte del conjunto de edificios de titularidad municipal que hay en torno a la
Plaza de la Villa, entre los que destaca también la Casa de Cisneros .
Cuando se traslada
el Ayuntamiento de Madrid al Palacio de Comunicaciones (Cibeles) , todos estos
edificios pierden su función administrativa y empiezan a ser utilizados con
fines culturales y museísticos.
En la actualidad es
la Sede permanente de la Casa Sefarad de
Israel, además de contar con una biblioteca, sala de exposiciones y salón
de conferencias, y en la primera planta se encuentra también la Casa de Asia.
JARDIN
En la parte de atrás del edificio se abre un jardín
tranquilo y apacible.
Este jardín se puede contemplar
desde la calle Sacramento, ya que se derribó la tapia de ladrillo que la
protegía para sustituirla por una valla metálica que lo deja a la vista de los
paseantes.
Calle Sacramento, a la derecha se ve la tapia que "ocultaba " el jardin , y a la izquierda el edificio con miradores rojos es la entrada al Huerto de las monjas |
Vista del Jardín a través de la verja metálica |
Durante los años que el edificio
tuvo uso administrativo, el jardín tenía una configuración asimétrica, ya que
primaba mas su funcionalidad que su estética.
Este pequeño espacio arbolado
cuenta con una plazuela en el centro, adornada por una fuente
La fuente presenta una estructura
muy sencilla.
Es un simple pilón de granito, de
planta circular, con un surtidor en el centro.
En uno de los lados del jardín han colocado la figura
esculpida de la Reina Esther, presencia bíblica promovida por el Centro Sefarad
Antes de las obras de reforma del
palacio, había una fuente con un grupo escultórico que fue eliminado ( para
recrear su aspecto primitivo) y que representaba a Neptuno conduciendo un carro
en forma de concha tirado por dos caballos.
En el corazón mismo del Madrid de
los Austrias podemos visitar tres jardines de carácter histórico:
-El más popular es el Jadin del Palacio del Príncipe de Anglona
-El
Huerto de las Monjas, menos conocido,
situado donde se ubicaba el convento del Sacramento
El recientemente abierto a la
vista de todos, el Jardín del Palacio de
Cañete
LEYENDA DEL PALACIO CAÑETE
Los hechos se
remontan a 1.654 cuando el marqués propietario del palacio aparece atravesado
por una espada tras una reunión con el clérigo de la capital, Antonio Amada.
El religioso fue
condenado a muerte y su mano amputada se colgó a la puerta del inmueble, como
era costumbre en la época, para servir de escarmiento.
A partir de ese
momento empiezan a sucederse una serie de hechos “raros” dentro del Palacio.
Velas que se
encienden y apagan solas, alaridos que proceden de habitaciones vacías, ruido
de muebles arrastrándose por las estancias de noche, y gritos desgarradores…
También surgen las
primeras apariciones:
Por un lado, el
clérigo se aparece a los suyos para
decirles que sigue en el purgatorio y por otro, el marqués de Cañete, aparece
vagando por las dependencias del palacio, buscando un descanso que solo
llegaría con la detención de su verdadero asesino, y no dejaría de atemorizar a
sus posibles inquilinos hasta que esto no sucediese
Años más tarde, uno
de los antiguos criados del marqués confesó en el lecho de muerte, la autoria
del asesinato, ya que su amo trataba de seducir a su mujer.
Y a partir de
entonces aunque la mano del clérigo se descolgó, parece que los “espíritus” han
seguido habitando en el inmueble, y se siguen oyendo ruidos de cadenas
arrastrándose y voces que susurran mensajes indescifrables, que hacen las
tétricas noches del Palacio ,muy muy largas…
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