Es el cuarto hijo varón del rey Felipe V, (primer Borbón de España)
Pero el primero que tuvo con su segunda esposa, Isabel
de Farnesio
Mujer de gran belleza, pese a las marcas
que tenía en su cara, fruto de unas viruelas infantiles, poseía un cuerpo
esbelto y atractivo, al tiempo que era acreedora de un fuerte carácter y una
personalidad autoritaria que le otorgó una gran influencia en la corte de la
época.
Fue apodada despectivamente” la
parmesana”
Con ella tuvo 7 hijos (solo
uno murió al nacer)
La nueva reina, Isabel de Farnesio, era
muy consciente de que los 2 hijos del primer matrimonio de su esposo, el rey
Felipe V, serian lógicamente los herederos de la corona de España, por lo que
se preocupó mucho por la suerte y el futuro de sus hijos
e hijas, siendo ella la encargada de elegir esposa o marido a todos ellos,
con el único fin de unirles a buenas casas reales:
-Carlos, que sería rey de España después de sus hermanastros Luis I y Fernando VI
-Mariana Victoria, reina de Portugal,
esposa de José I
-Felipe, duque de Parma
-María Teresa, esposa de Luis Delfín, hijo
del rey Luis XV
-Luis Antonio, arzobispo de Toledo, hasta
que abandonó la vida eclesiástica
-María Antonia, esposa de Víctor Amadeo III
Fueron sus "hermanastros", Luis I y Fernando VI, hijos del primer matrimonio de su padre, Felipe V, con su prima María Luisa Gabriela de Saboya, quienes heredaron el trono español en un primer momento.
La relación
de Luis y Fernando, con su madrastra y el rígido protocolo de la corte que
impedía el contacto directo de los príncipes con los reyes, hizo que no fuera
nada buena, hasta el punto que los infantes Luis y Fernando se comunicaban
con su padre (y con su madrastra) a través de cartas escritas en francés, que
era la lengua que utilizaba la familia. No comían juntos, ni asistían a actos
oficiales con sus padres y estaban a cargo de educadores y sin ningún cariño
paternal
Alejados prácticamente los infantes de su padre, Isabel supo hacerse con la voluntad de su marido, empleando todas sus armas para que hacerse imprescindible, además crear en el rey una gran dependencia “sexual y afectiva”, convirtiéndose en un matrimonio inseparable
Pero el
rey Felipe V, empezó a dar muestras cada vez más acusadas de
su que su salud mental se estaba deteriorando:
No tardó en mostrar un grave problema de higiene
personal, dormía durante el día, y recibía a ministros y
embajadores después de la medianoche en sesiones que duraban horas
por lo que mandaba encender todas
las luces por la noche y oscurecer las habitaciones de día.
La mala salud mental del rey Felipe V, le llevó a firmar el 10 de enero de 1724 un decreto por el que abdicaba y dejaba la corona de España en manos de su hijo :
Luis I de España, de 17 años
Al que habían casado dos años antes
con Luisa Isabel de Orleans y Borbón, dos años menor que él
Hija de Felipe II, Duque de Orleans y de Francisca María de Borbón, (hija ilegítima de Luis XIV y su amante Madame de Montespan)
Luisa Isabel, apenas recibió educación, siendo el único interés de sus padres el que
casara lo más pronto posible y de la forma más provechosa para los intereses
económicos y estratégicos de la familia.
La oportunidad llegaría cuando se enteran de que el
Rey de España, Felipe V y especialmente la segunda esposa de éste, Isabel de Farnesio,
se encontraban en busca de candidatas para llevar al altar a sus hijos.
La boda del primogénito de Felipe V y Luisa Isabel de Orleans, se celebró el 20 de enero de 1722
No pudo ser consumado hasta varios años más tarde,
habida cuenta la tierna edad de los recién casados, que ni siquiera
alcanzaba los quince años en el caso del príncipe Luis y trece en el de Luisa.
Luisa Isabel, enseguida empezó a dar muestras de
padecer algún problema mental: Vestía de forma estrafalaria, corría por
los pasillos en camisón de transparencias, se negaba a comer, para acto seguido,
engullir en sus aposentos gigantescas cantidades de alimentos que luego,
arrepentida, vomitaba entre lágrimas
Sus actuaciones en público, eran bochornosas, emitiendo
sonoros eructos y flatulencias que provocan la estupefacción de los comensales.
Por las noches, la princesa, casi sin ropa, salía del
palacio y se dedicaba a trepar los árboles de los jardines.
En otras ocasiones, se obsesiona con la limpieza, y utiliza
sus costosísimos vestidos para limpiar suelos y paredes.
En Madrid comienza popularmente a ser conocida
como “la reina loca”.
El rey Felipe V decide abdicar en su joven hijo Luis
I, a comienzos de 1724, cuando contaba con 17 años y su esposa
con 15
Convirtiéndose en Rey de España y con él su esposa, "la perturbada Luisa".
El reinado de Luis I, es el más efímero de
la historia de España, de apenas ocho meses de duración y conocido como “el
reinado relámpago”
Un adolescente que estaba totalmente sometido a las
órdenes de sus padres, en especial a las de su madrastra, quien intentaba, de hecho,
con éxito, mover los hilos del Reino de España desde su residencia del Palacio
de la Granja de San Ildefonso, al que se había trasladado junto con su esposo
Felipe V
Pero el estado mental de la nueva reina va empeorando y el rey Luis I informa a su padre de la situación y de su decisión de mantenerla encerrada en sus aposentos.
Poco después, el rey Luis I contrae la viruela y muere
el 31 de agosto de 1724.
Los Reyes "padres" (Felipe V e
Isabel de Farnesio) tras la muerte Luis I, volvieron de nuevo a Madrid, y el
rey Felipe V, volvía a ostentar la Corona de la Monarquía
de España, y Fernando en vez de rey era proclamado como el nuevo príncipe de
Asturias
(Isabel de Farnesio que estuvo siempre perfectamente informada de lo que
sucedía en la Corte de Madrid, convenció a todos con sus artimañas, y
sobre todo consiguió convencer a su marido, Felipe V para que volviera a reinar, ya que la sucesión lógica habría tenido
que recaer en Fernando VI, pero contaba con once años)
Felipe V asume de nuevo el trono, por ello se dice que Felipe V es el único
Rey que reinó dos veces en España.
Isabel de Farnesio, decide deshacerse de la esposa de su hijastro, a causa
de su estado mental y, es mandada de regreso a Francia, recibiendo una
cuantiosa pensión desde España, y mejorando con el paso del tiempo, aun así, muere
el 16 de junio de 1742 a la edad de 32 años, sin haber perdido
nunca el rango de Reina de España. El “segundo reinado” de Felipe V estuvo dominado por los
repetidos episodios melancólicos, cada vez más graves y continuos,
y el rey hacia la mayor parte de las veces de consorte de su esposa, quien
firmaba los documentos como “el rey y yo” |
Obligaron a Fernando,
príncipe de Asturias a contraer matrimonio con una princesa
portuguesa, en 1728 con Bárbara de Braganza
Hija de Juan V de Portugal y Mª Ana de Austria
Era una mujer culta, de agradable
carácter, dominadora de seis idiomas y gran amante de la música desde niña.
Fernando y Bárbara se enamoraron
profundamente
Vivieron aislados de la Corte durante el reinado de Felipe V por voluntad de la madrastra del príncipe, la reina Isabel de Farnesio, que les obligo a no mantener contactos con la nobleza castellana, y con las visitas restringidas, las cuales tenían que ser previamente comunicadas a la reina Isabel de Farnesio
No podían recibir a otros embajadores
que los de Francia y Portugal, no debían comer en público, y para salir de
paseo debían hacerlo acompañados de la persona asignada por Isabel de Farnesio para
tal cometido y que como es lógico era de su total “confianza”.
Mientras tanto la enfermedad mental en estos últimos
años del rey de Felipe V, y el deterioro físico se fueron acentuando por lo que
se recluyó en el palacio de El Pardo, donde
vivía de forma huraña:
No se cambiaba de ropa interior hasta que
quedaba hecha jirones. No se
dejaba cortar por nadie el cabello ni las uñas porque pensaba que sus males
aumentarían. Así, las uñas de los pies le crecieron tanto
que llegó un momento que ya no podía casi ni andar.
Creía que no tenía brazos ni piernas y
llegó hasta el punto de creer que era una rana...
Se había empeñado en llevar siempre una
camisa usada antes por la Reina, porque temía que le envenenasen a través de
dicha prenda… otras veces prescindía de ella y andaba desnudo ante extraños
Se pasaba días enteros en cama lleno de
suciedad, pues no se levantaba ni para defecar.
Hacía muecas y se mordía a sí mismo
Cantaba y gritaba desaforadamente, y
alguna vez pegó a la Reina, con la cual se peleaba a voces y repitió tanto sus
intentos de escaparse que fue preciso poner guardias en su puerta para evitarlo
Finalmente, Felipe V, llamado «el Animoso» falleció
en 1746 con la corona todavía en su cabeza y sumido en un estado grave de
locura.
A la muerte del rey Felipe V, subió
al trono de España, el príncipe de Asturias, FERNANDO, 2º hijo varón de su primer
matrimonio con María Luisa Gabriela de Saboya:
Fernando VI
En 1746 Fernando sube al trono de España y su esposa pasa a ocupar un importante papel en la corte, especialmente como mediadora entre el rey de Portugal y su esposo.
Apenas transcurrida una semana de la
muerte de su padre, el nuevo rey Fernando VI ordenó a su madrastra, la reina
viuda Isabel de Farnesio, que abandonara el palacio y
su residencia quedó fijada en el palacio de La Granja de
Segovia, como castigo a los desprecios que había aplicado esta, desde su
posición de poder, a los consejeros de la reina María-Luisa Gabriela de Saboya, su madre. Y por supuesto a
todo lo que le había hecho tanto a él como a su hermano, el
fallecido rey Luis I de España
Los reyes Fernando VI y Barbara de Braganza estuvieron muy unidos, hasta que, en la primavera de 1758, ella fue trasladada a Aranjuez pensando que allí se restablecería, ya que padecía una tos continua, pero fallece el 27 de agosto
Bárbara de Braganza es recordada como una reina moderada en sus costumbres,
mecenas y amante de las artes, así como por el sincero amor y fidelidad que
profesó a su marido el rey, y él a ella, cosa no tan frecuente en tiempos de
matrimonios políticos o de conveniencia.
El mismo día en que murió doña Bárbara, el
rey Fernando VI abandono Aranjuez para instalarse en el castillo de
Villaviciosa de Odón
Durante un año, justo desde el fallecimiento de la reina, España
estuvo prácticamente "sin rey", pues se produjo un
agravamiento en su salud, hasta llegar a un alto grado de locura: el rey
Fernando VI dejo de hablar, fue reduciendo sus
comidas hasta el punto de no alimentarse, sus temores a morir ahogado fueron
aumentando y se encerró en una habitación muy pequeña donde pasó sus últimos
meses
En esos años de destierro, Isabel de
Farnesio vivió siempre atenta a todo lo que pasaba en la corte, ya que tenía “aliados”
que la mantenían bien informada, en cartas como esta:
“Se muestra agresivo, tiene
unos impulsos muy grandes de morder a todo el mundo y para calmarlo le
suministraban opio. Intentó suicidarse en varias ocasiones y pidió
veneno a los médicos o armas de fuego a los miembros de la guardia real. Juega
a fingir que estaba muerto o, envuelto en una sábana, diciendo que es un
fantasma. Cada día estaba más delgado y pálido, lo que se une a la dejadez en
su aseo personal. No duerme en la cama sino sobre dos sillas y un taburete…”
El
10 de agosto de 1759 el rey de España, Fernando VI muere sin descendencia
Así
pues, es como recae la corona de España en manos de este hermanastro de los
reyes Luis I y Fernando VI, e hijo del 2º matrimonio de su Padre el rey Felipe
V con su madre Isabel de Farnesio, llamado Carlos.
Carlos rey de Nápoles y Sicilia, en donde reinaba con el nombre de Carlos VII en Nápoles y Carlos V en Sicilia, o simplemente Carlo di Borbone
No era un mozo bien parecido, tenía una prominente nariz y medía metro y medio, sin embargo, era una persona de trato afable y familiar, de vestir sencillo, comportamiento llano y enemigo de los grandes ceremoniales.
Un
hombre, en suma, que intentaba hacer olvidar su físico poco agraciado merced al
despliegue cotidiano de sus virtudes morales y cívicas.
Estaba
casado con María Amalia de Sajonia
Hija de Federico Augusto II duque de Sajonia y la archiduquesa María Josefa de Austria
Eran parientes lejanos, seguro, ya que la madre de Amalia, la archiduquesa María
Josefa de Austria, era hija de José I, que era hijo de Leopoldo I, y este, hijo
de Fernando III y María Ana de Austria, hija de Felipe III, rey de España
(ósea que “algo se tocarían” …)
Amalia era una muchacha inteligente y culta, elegante y
amable, pero su físico no era muy agraciado.
De hecho, hubo voces que afirmaron sin ningún tipo de reparo que “esa reina, con su marido, forman la pareja más fea del mundo”.
No
se conocían más que por los retratos que de ellos hacían los pintores de la
corte (los cuales intentaban retratarlos físicamente lo más agraciados posible)
El día que se vieron por primera vez, cuentan que Amalia dijo: “Dios mío que nariz,
es gigante”…
El novio sin embargo se mostraba entusiasmado, aseguraba que su esposa era "mucho más hermosa que el retrato" y que poseía "el genio de un ángel"
El día de la boda Carlos tenía 22 años y Amalia tan solo 13.
La boda fue solemne y duró varias horas. María Amalia, que con tan pocos años no estaba acostumbrada a acudir a este tipo de ceremonias, se pasó toda la boda bostezando, mientras todos contemplaban atónitos a esa niña que iba a ser su futura reina.
El matrimonio a pesar de ser concertado fue bien avenido
Y así es como el joven príncipe Carlos a los 22 años describe en una carta a sus padres los pormenores de la noche de bodas con una chiquilla de 13.
"Mi muy querido Padre y mi muy querida Madre, me alegraré de que VV.MM. sigan bien, yo y mi mujer estamos perfectamente, gracias a Dios. He recibido una carta de VV.MM. del 15 del mes pasado, por la que he visto como gracias a Dios VV.MM. habían recibido dos de mis cartas
Suponían que cuando recibiera esta carta ya estaría alegre mi corazón y habría consumado el matrimonio; que no me extrañara de que VV.MM. me hablaran así, que a veces las jovencitas no son tan fáciles y que yo tendría que ahorrar mis fuerzas con estos calores, que no lo hiciera tanto como me apeteciera porque podría arruinar mi salud y me contentara con una vez o dos entre la noche y el día, que si no acabaría derrengado y no valdría para nada, ni para mí ni para ella, que más vale servir las señoras poco y de continuo que hacer mucho una vez y dejarlas por un tiempo
Acerca de lo que remitiera sobre la medida de su altura, diré a VV.MM. que según el retrato que tengo yo de mi hermana no se parecen nada y sin menoscabar a mi hermana Ella es mucho más guapa y mucho más blanca Diré que dispara muy bien y que toma mucho placer de la caza..
VV.MM. me escribían como Padres y como personas mayores y como se habla entre casados cuando hay confianza y que les contara a si todo transcurrió bien, si estoy contento y si la encuentro a mi gusto tanto en el cuerpo como en el espíritu y el carácter. Para obedecer a las órdenes de VV.MM. contaré aquí como transcurrió todo.
El día en que me reuní con ella en Portella, hablamos amorosamente, hasta que llegamos a Fondi. Allí cenamos y luego proseguimos nuestro viaje sosteniendo la misma conversación hasta que llegamos a Gaeta algo tarde. Entre el tiempo que necesitó para desnudarse y despeinarse llegó la hora de la cena y no pude hacer nada, a pesar de que tenía muchas ganas.
Nos acostamos a las nueve y temblábamos los dos pero empezamos a besarnos y enseguida estuve listo y empecé y al cabo de un cuarto de hora la rompí, y en esta ocasión no pudimos derramar ninguno de los dos; solo diré que acerca de lo que me decían de que como ella era joven y delicada no dudaban de que me haría sudar, diré que la primera vez me corría el sudor como una fuente pero que desde entonces ya no he sudado.
Más tarde, a las tres de la mañana, volví a empezar y derramamos los dos al mismo tiempo y desde entonces hemos seguido así, dos veces por noche, excepto aquella noche en que debíamos venir aquí, que como tuvimos que levantarnos a las cuatro de la mañana sólo pude hacerlo una vez y les aseguro que hubiese podido hacerlo muchas más veces pero que me aguanto por las razones que VV.MM. me dieron.
Diré también que siempre derramamos al mismo tiempo porque el uno espera al otro y también que es la chica más guapa del mundo y que tiene el espíritu de un ángel y el mejor talante y que soy el hombre más feliz del mundo teniendo a esta mujer que tiene que ser mi compañera el resto de mi vida.
VV.MM. me decían que aguardaban con impaciencia averiguar si pueden tener nietos pero que tenían miedo de que no sea enseguida, ya que ella no tiene todavía el periodo. Diré a VV.MM. que todavía no lo tiene, pero que según todas las apariencias, no tardará en tenerlo porque empezó hace ya 4 noches a dejar algunas manchas de esa materia que dicen que precede a lo de tener el periodo; lo cual espero en Dios, en la Virgen y en San Antonio.
Mi mujer me ruega que la ponga con la mayor sumisión a los pies de VV.MM.
Señora, ruego a V.M. que abrace de mi parte a todos mis hermanos y hermanas
= Nápoles, a 8 de julio = El más humilde y más obediente de los hijos. Carlos"
Los dos se enamoraron y
se mantuvieron muy unidos. Juntos supieron conquistar el afecto de los
ciudadanos, a la vez que intentaron reformar, unificar y modernizar Nápoles y
Sicilia.
María Amalia estaba
formada al modo de la cultura francesa: educada en el baile, la música y las
buenas maneras protocolarias impuestas por Francia. Hablaba francés y tenía
nociones de italiano, idiomas con los que inicialmente hablaba con Carlos.
Era "afable y caritativa y tenía un excelente
corazón"
Disfrutaba de la caza y la pesca, los paseos a caballo y las labores de
costura.
Era "sumamente religiosa y aplicada en sus
obligaciones domésticas".
Nunca se interesó especialmente en los asuntos de
Estado, hasta el nacimiento de sus hijos varones, Felipe Antonio, y Carlos,
a los que inteligentemente les iba hablando poco a poco de política
Al contrario de lo que solía suceder en aquella época, los reyes siempre durmieron en la misma habitación y en la misma cama.
Tuvieron trece hijos, pero sólo siete llegaron a la
edad adulta.
En 1747, después de dar a luz a cinco niñas, por fin nació un varón: Felipe
Antonio, y un año después Carlos
Pero a los
pocos años tuvieron que asumir con dolor, que Felipe Antonio era un niño demente, incapaz de gobernar, excluyéndole de la
línea sucesoria por su retraso mental.
Lo
que convirtió al 2º hijo, Carlos, (futuro Carlos IV), en el heredero al trono
español
En
1759 Carlos y María Amalia, tuvieron que
dejar Nápoles para venir a España como reyes, tras
la muerte del rey Fernando VI.
El trono de Nápoles y las dos Sicilia se lo dejaron a su siguiente varón, Fernando, a través de un consejo de regencia, ya que contaba con 9 años.
Carlos siempre estuvo al tanto de todos los asuntos importantes de España, y además sus años como rey de las Dos Sicilias le dieron una experiencia muy valiosa para reinar en España, en donde su madre Isabel de Farnesio les esperaba con anhelo.
Carlos de Nápoles se convierte en el Carlos III
Al poco de llegar a España, la tristeza que embargó a María Amalia, quien nunca llegó a hablar bien el
español, afectando con ello su vida social.
María Amalia se convirtió en una reina amargada, enferma y debilitada por los
constantes partos. Su carácter se había vuelto más agrio, comportándose con
dureza con sus subordinados, quienes recibían gritos y golpes por cualquier
mínimo error en el protocolo
El trato duro que dispensaba a sus propios
hijos o al servicio nada tenía que ver con el trato afable que tenía con su
amado marido
Añoraba Nápoles, su clima, sus palacios y sus parajes contrastaban con el lamentable estado en que se encontraba Madrid, por lo que era constante al sugerir a su marido algunos cambios y reformas para que Madrid se convirtiera en una capital envidiada en Europa, y en la que ella se sintiera a gusto, y su marido enorgullecido
El
trato de María Amalia con su suegra Isabel de Farnesio, era un constante pulso
entre ambas y a pesar de ello su marido la pidió que dedicara un par de
horas diarias a la reina madre, pero las discusiones eran sabidas
por todos y las visitas no eran del agrado de ninguna, ya
que desconfiaban una de la otra
Fue entonces cuando Isabel de Farnesio
volvió a la corte, pero las continuas peleas y discusiones con su nuera, María
Amalia de Sajonia, la hicieron volver a su exilio hasta el fin de sus días en
la localidad madrileña de Aranjuez
Amalia fumaba de manera considerable tabaco
cubano que hacía traer a palacio en grandes cantidades, más los continuos
embarazos y enfermedades, así como un accidente montando a caballo sufrido poco
antes de llegar a España iban minando su salud física y mental
En septiembre de 1760, apenas dos años después de su
llegada a España, María Amalia sufre unas violentas fiebres, que se
convirtieron en tuberculosis, y a los pocos meses muere con 36 años.
Mas de 20 años juntos de feliz matrimonio, siendo fieles el uno con el otro,
por lo que el rey Carlos III quedó totalmente desolado.
Quedó escrito entonces que Carlos III señaló: "
En 22 años de matrimonio, este es el primer disgusto serio que me da
Amalia"
En
otra carta a Tanucci decía que su corazón se hallaba "penetrado del más
extremo dolor por la pérdida de lo que más amaba en este mundo. Sólo Dios sabe
cómo estoy, y no me queda otro consuelo más que esperar firmemente en él, que
la habrá premiado con la vida eterna... Y espero de la divina misericordia que
me ayude para resistir tan duro golpe y para mantenerme en la resolución que he
tomado para mi estado personal"
Después
de la muerte de María Amalia el rey no volvió a contraer matrimonio, a pesar de
contar con solo 44 años.
A la reina María Amalia se le debe la introducción en España de la costumbre navideña del belén o "nacimiento" de origen napolitano.
Pero eso no fue lo único que se trajeron los reyes "napolitanos" a España
El rey se había traído a personas de su confianza, ministros y consejeros y
había nombrado al marqués de Esquilache secretario de Hacienda.
Éste
incorporó señoríos a la Corona, controló a los sectores eclesiásticos y
reorganizó las Fuerzas Armadas
Liberalizó
el comercio de los cereales, lo que originó una subida de los precios de los
productos de primera necesidad a causa de las especulaciones de los
acaparadores y de las malas cosechas de los últimos años.
Además la intervención española en la Guerra de los Siete Años dejaron las
arcas vacías y se necesitaban más ingresos, que se consiguieron con un aumento
de la presión fiscal y nuevas fórmulas, como la creación de la Lotería
Nacional , al estilo de las que funcionaban en Italia y que se habían
destapado como un importante sustento para las arcas públicas.
El
10 de diciembre de 1763 en la Sala del Real Consejo de Madrid se celebró el
primer sorteo de Lotería de la historia de España y fue su legado más apreciado
por los españoles ya que años más tarde, en marzo de 1766 se produjo el famoso
"Motín de Esquilache":
Su detonante fue la orden de cambiar la capa larga y el sombrero de ala ancha de los madrileños por la capa corta y el sombrero de tres picos.
La
tensión subió gracias a los pasquines que circulaban por la capital y que
aparecían en sitios públicos, y que por su léxico y ortografía sólo podían
provenir de hombres con cultura.
De Madrid, el levantamiento se trasladó a varias ciudades.
Los
amotinados exigieron la reducción del precio de los alimentos y la supresión de
la Junta de Abastos, la derogación de la orden sobre la vestimenta, el cese de
los ministros extranjeros que se había traído de Nápoles, por españoles y un
perdón general.
Carlos III intentó llevar a cabo todos los cambios que había prometido a su amada esposa, para que Madrid se convirtiera en la capital digna del reino
Hizo hospitales públicos, servicios de alumbrado y recogida de basura, uso de adoquines, una buena red de alcantarillado...
Un
ambicioso plan de ensanche, con grandes avenidas, monumentos como la Cibeles,
Neptuno, la puerta de Alcalá, la construcción del jardín botánico, el
hospital de San Carlos (hoy Museo Reina Sofía), el edificio del Museo
del Prado (destinado originalmente a museo de Historia Natural).
Entre los aspectos más duraderos de su herencia quizá haya que destacar el avance hacia la configuración de España como nación, a la que dotó de algunos símbolos de identidad, con una capital digna y una bandera nacional
Conocida popularmente como la 'rojigualda', nació el 28 de mayo de 1785 aunque no fue impuesta como bandera nacional hasta 1843, cuando Isabel II era la reina.
Surgió
por una necesidad marítima, pues con la llegada de Felipe V y la dinastía de
los Borbones al trono español, las banderas de media Europa eran muy parecidas
y se producían confusiones sobre todo en el mar
Carlos
III se esforzó por modernizar Madrid y dio un gran impulso a los transportes y
comunicaciones interiores: la construcción de una red radial de carreteras que
cubrían todo el territorio español, uniéndolas con la capital. (Km 0 de la
Puerta del SOL)
También instauro la organización del Correo como servicio público
La Real Casa de Correos data de finales de la segunda mitad del siglo
XVIII, y se trata del edificio más antiguo de la Puerta del Sol.
Lo más conocido de su arquitectura es el reloj que existe en una torreta levantada sobre su tejado. Este reloj centenario se hace protagonista una vez al año en la noche del 31 de diciembre debido a las campanadas que marcan el ritual de las doce uvas.
Frente a la puerta principal del edificio se puede ver una placa histórica sobre el kilómetro cero (origen de las carreteras radiales)
Carlos III fue conocido como el "mejor alcalde de Madrid", o " el político"
Creó
la Real Orden que lleva su nombre, con el lema “Virtuti et merito”, con
la finalidad de condecorar a aquellas personas que se hubiesen destacado
especialmente por sus buenas acciones en beneficio de España y la Corona.
Desde su creación, es la más distinguida condecoración
civil que puede ser otorgada en España, donde se fija como objetivo “recompensar
a los ciudadanos que con sus esfuerzos, iniciativas y trabajos hayan prestado
servicios eminentes y extraordinarios a la Nación”
Aunque
la Real Cédula de creación es de septiembre de 1771, Carlos III no
hizo públicas las disposiciones que habrían de regular la distinción hasta que
el nació su primer nieto
El futuro rey y príncipe de Asturias, Carlos IV, llevaba cinco años de matrimonio sin hijos, por lo que al nacer el primer infante quiso su abuelo, Carlos III, dejar constancia de su gratitud a Dios, (al que afirmaba haber rezado en espera de la continuidad de la dinastía) y en especial, a la Virgen María en su advocación de Inmaculada Concepción y de quien se declaraba el rey profundamente devoto.
Título que pasaría después a sus
herederos, siempre que tuvieran el título de “Rey de España”
Carlos III sufrió la muerte de 3 hijos
Rompió relaciones con su hijo Fernando rey de Nápoles
Vivió de primera mano el comportamiento conflictivo de su esposa María Amalia y de su madre Isabel de Farnesio, y también el de su nuera María Luisa de Parma hacia su hijo Carlos IV, años después.
El
Rey Carlos III murió en 1788
Siendo
el máximo exponente del despotismo ilustrado en España
Pues el estallido casi inmediato de la Revolución francesa al año siguiente provocó una reacción de terror y fue un periodo más conservador el que le tocó vivir y gobernar a su hijo y sucesor:
Carlos IV
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