Desde , fecha en
la que estuvimos comiendo con el abuelo Gabriel, que por desgracia ya no está
entre nosotros, desde 2018, no habíamos vuelto a comer en este restaurante.
Quizás porque nos traía muchos recuerdos, porque no había surgido,
o porque hemos decidido ir a Segovia a comer cordero o cochinillo
Pero ayer sábado quedamos con mi hija y mi yerno que hoy domingo vendríamos a comer , llamé, e hice la reserva
La verdad es que los boquerones como siempre estaban de
chuparse los dedos
Sin embargo, el cordero, nos pareció que estaba peor que
otras veces, como “recalentado”, ya que la piel estaba tostadita, pero sin embargo
no estaba nada crujiente
Supongo que unas veces aciertas y otras no, aunque no debería
ser así, ya que el precio es el que es, y pagas por un cordero bien hecho, como
siempre
Pero lo peor no fue eso, porque se dejaba comer y tampoco
podemos decir que estuviera malo, ni mucho menos que estuviera en malas
condiciones.
Dicho lo cual, no se si le daremos otra oportunidad porque
el camarero que nos atendió, y que además es el dueño, debía tener
muchiiiiiisima prisa en que termináramos lo antes posible, y eso que aunque no
estaba lleno, (porque estábamos en julio), si había 4 o 5 mesas además de la
nuestra
La cuestión es que nos quitaba los platos de la mesa
Como nos pasó con los boquerones, que nos gusta mojar pan
en esa salsita rica, pero no pudimos porque al ver que en el plato no quedaba ningún
boquerón, se lo llevo sin preguntar.
Nos quedamos con cara de tontos y recuerdo que mi yerno
hasta con un trozo de pan en la mano, dispuesto a darse un homenaje
Además el cordero ya lo traía otro camarero, por lo que no
dijimos nada, aunque entre nosotros si lo comentamos.
Con el cordero casi nos pasa lo mismo, o peor, porque todavía
quedaban trozos de cordero en la bandeja, pero estábamos hablando y por 2 veces
vino a preguntarnos si ya habíamos terminado.
Cosa que me pareció fatal, y le dije en alto a mi hija: “Tu
tranquila hija, sigue comiendo y a tu ritmo”…
El camarero (dueño), se disculpó al oír mi comentario, y lógicamente
al ver a mi hija que cogía otro trozo de cordero, dijo que creía ya no queríamos
más.
Mi mirada debió de
ser un poco desafiante o de cabreo, y mi marido le dijo que como tenían mucha
prisa, fuera preparando la cuenta para cuando termináramos de comer el cordero,
y que entonces le avisaríamos
Entonces empezó a decirnos que era el ultimo día que abrían,
porque cogían vacaciones, (agosto no abren) y que tenían que limpiar, vaciar
las cámaras etc
Como es lógico están en su derecho de coger vacaciones, de
cerrar y de hacer lo que quieran con las cámaras, la cocina, las mesas o las
sillas…
Pero que así no se trata a los clientes: intimidándoles con
tanta prisa en recoger los platos, y aunque el pensara que nos debía una explicación,
“lo cierto es que terminó de arreglarlo”
No tomamos ni postre ni cafés, que eso sí que es raro en
nosotros
Le pedimos la cuenta y les deseamos buenas vacaciones
Y como siempre pecamos de prudentes, o de cortados o yo que
se, una vez fuera, íbamos los 4 medio mal, comentando lo que nos habían hecho,
y encima nos íbamos sin postre y sin cafés ni chupitos
Y ahora que estoy escribiéndolo y sigo medio enrabietada, estoy
más segura de que ayer cuando hice la reserva, descongelaron el cordero y hoy
lo han recalentado
Claro que si a mi e dicen que es el ultimo día que abren o
que tenemos que terminar antes de cierta h, por supuesto que no habría
reservado, pero me dieron a elegir la hora de llegada, las 15h, y no me dijeron
nada al respecto.
Asique como nos fuimos con mal rollo, y hay muchos mas sitios donde comer buen cordero tanto en Madrid, como fuera…
Pues está claro no???
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